Una pequeña capilla del siglo 13 situada en la calle mayor conmemora el paso del Apóstol Santiago (Sanit Jaume) por Lérida donde, según cuenta la leyenda, siendo de noche, se clavó una espina en su pie derecho y un ángel con un farolillo le dio luz para que pudiera sacársela. La víspera de la noche de Santiago, los niños de la ciudad recuerdan este hecho yendo en romería hasta la Catedral nueva provistos de sus farolillos.
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