El PAPAMOSCAS es
un autómata de la catedral de Burgos que todas las horas en punto abre la boca
al tiempo que mueve su brazo derecho para accionar el badajo de una campana.
Está situado en lo alto de la nave mayor, en el ventanal, a unos 15 metros de
altura.
Se trata de una
figura de medio cuerpo que se asoma sobre la esfera de un reloj. Viste al
estilo cortesano, los rasgos de su rostro son mefistofélicos y muestra una
partitura en su mano derecha. Con esta misma mano empuña la cadena del badajo
de una campana. Cada hora en punto se acciona un mecanismo que mueve el brazo
que provoca los campanazos. La mejor hora para ver en marcha al autómata es,
lógicamente, las doce del mediodía, cuando da doce golpes y abre y cierra doce
veces la boca.
La imagen actual data del siglo XVIII, cuando se sustituyó al viejo autómata del siglo XVI.
A la izquierda del Papamoscas, a menor altura y de menor tamaño, se sitúa en un balconcillo otro autómata llamado MARTINILLO que se encarga de señalar los cuartos. En este caso, mueve ambos brazos y acciona las campanas que le flanquean. Cada cuarto de hora está señalado por dos campanadas, más agudas que las del Papamoscas.

















































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