Desde la Edad Media, los jovenes aprendices de Betanzos pertenecientes al gremio de los marineros o mareantes, honran a San Roque danzando el día de su fiesta.
La danza viene a simbolizar el triunfo del bien sobre el mal. Todos ejecutan giros y movimientos en forma ondulada o de caracol, en los cuales, se dice, se ha querido representar el ondear de las aguas del mar. El grupo también está formado por un Gamachiño (diablo) que tienta a los danzantes y ahuyenta y aparta a los espectadores.
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