El 25 de diciembre de 1392, INÉS PEDRÓS ALPICAT,
una niña de tan sólo 5 años, fue testigo de un milagro eucarístico en la PARROQUIA
SAN JAIME APÓSTOL DE MONCADA. Durante la celebración de una misa, la venerable
Inés vio representado en la forma consagrada que estaba utilizando el sacerdote
MOSSÉN JAUME CARRÓS, la cara de un niño, que ella llamó repetidamente niño
Jesús.
Esta gran mujer de Moncada entregó su vida al señor y vivió como ermitaña en una cueva en lo alto de una montaña detrás de la CARTUJA DE PORTA-CELI hasta su muerte.
Vídeo realizado por el Servicio Audiovisual Diocesano dentro de la serie Milagros Eucarísticos.
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