Permanece
en silencio, solitario,
en
mitad de la plaza
como
un pájaro olvidado
o
quizás como una nube amaestrada
por
vientos tramontanos
No
es ni sombra ni cobijo
de
pájaros urbanos. No es, apenas,
el
pudor de la tierra
izándose
desde la tierra misma
hacia
los cielos. Es, tan sólo,
un
árbol ciudadano
bajo
de mi ventana, más próximo al cemento
que
a las grandes praderas
donde
están sus hermanos
asentados.
Tiene la palidez
de
un empleado de banco y la turbia
timidez
de los abandonados. Tan sólo
cuando
pierde las hojas
recuerdo
que es un árbol y lo amo.
JOSÉ ANTONIO LABORDETA
(Poeta
nacido en Zaragoza)
Fotografía: Ciudad de Gijón (Asturias)
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