Amapolas
en la sierra de Guadarrama (Madrid)
Por
Madrid la amapola florece a finales de primavera o principios del
verano.
Ocupa
zonas de cereal o de escombros y cunetas. De ahí el dicho de que:
"eres más del campo que las amapolas".
En
todas partes hay amapolas, en cuanto caen las primeras lluvias y las
temperaturas alcanzan los 15 grados. No necesitan mucho para
florecer.
Su
cercanía familiar con la adormidera, madre del opio, le concede
cierto nivel de alcaloides y se sabe que en algunos pueblos de
sierra, se utilizan las semillas de amapola para hacer sonajeros que
aseguran a los niños mas y más rápidos sueños.
En
algunos tratados de herbología, se atribuye a la amapola común, en
infusión, un suave efecto sedante sobre el sistema nervioso y dicen
que sirve para hacer disminuir la tos y para expectorar.
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