Esta
playa está en la desembocadura del río Nalón, que recoge el agua
de las dos cuencas mineras asturianas (Nalón y Caudal); hasta
mediados de los 80, el carbón se lavaba en estas cuencas y se vertía
directamente al río los restos de ese lavado, por lo que este río
bajaba negro en toda su extensión desde Langreo.
Afortunadamente,
se prohibió el vertido de estos restos, y la cloaca se fue
recuperando poco a poco, hasta el punto que ya remontan los salmones
hasta el concejo de Oviedo (les impide el paso una presa), pero en el
mar aún quedan toneladas y toneladas en los fondos cercanos a la
costa, que el mar amablemente devuelve; es más playa de surfistas
que de baño.
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