Los
cruces de caminos, donde confluyen varias sendas, son desde la Antigüedad, objeto de leyendas y están considerados como lugares
mágicos.
En
muchos pueblos de España y en especial en Galicia, los llamados
“cruceiros”, colocan cruces en los caminos y en las encrucijadas.
Además de tener un sentido religioso, en su vertiente de
superstición, recogían la vieja creencia de que así se espantaban
los demonios.
En
los cruces de caminos se enterraban los cuerpos de los ajusticiados y
de los suicidas. Se decía que si el alma resucitaba se confundiría por los caminos.
Del
libro “Libro de oro de las supersticiones” de Mercedes Compte
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