En el término municipal de Altura (Castellón)
se encuentra un lugar de peregrinación y milagros, lleno de leyendas e
historias que allí han acontecido a lo largo de los siglos.
Conocida como “la Cueva Santa” en la
actualidad, antes llamada la “cueva del Latonero”, es un lugar donde se
sitúa un templo dedicado a la Virgen de la Blanca Paloma, patrona de Altura
y de la Diócesis de Segorbe-Castellón.
Hasta ella se suele hacer todos los años la famosa “Romería de la Cueva Santa” cada primer sábado de mayo.
La cueva tiene 20 metros de profundidad y fue
utilizada por los pastores como refugio, motivo por el cual fue descubierta la
Virgen en el siglo XVI.
En el fondo de ella se edificó una capilla. En el interior se conserva un retablo, donde se encuentran las imágenes de San Joaquín y Santa Ana.
En el segundo cuerpo del retablo se sitúa una tabla de
mármol tallada en relieve, representando a San Joaquín y Santa Ana, que
llevan de la mano a la Virgen María.
La historia del lugar cuenta que Fray Bonifacio Ferrer, (hermano de San Vicente Ferrer) Prior de la Orden de la Cartuja, fue quien moldeó imágenes y reproducciones en yeso, donando una de estas últimas a un pastor del Latonero. Este, ocultó la Virgen en el interior de la Cueva Santa hasta que fue descubierta en 1503 por un pastor con sus ovejas, de quien se cuenta que vio una aureola de luz celestial entre las peñas húmedas.
Más allá de todas las historias y leyendas que se cuentan, que son muchas, seguro que todos recuerdan aquella copla que dice:
"Que llueva, que llueva
la Virgen de la Cueva
los pajaritos cantan
las nubes se levantan…"
Esta copla no es otra cosa que algo que se realiza desde el siglo XVII,
como rogativa contra la sequía desde 1622 en la romería de Altura.
Visitando la CUEVA SANTA de ALTURA...
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