Santa
Eulalia, en asturiano: Santa Olaya, Olaina o
Santolaya.
Es
patrona y alcaldesa perpetua de Mérida,
ciudad en la que fue martirizada.
Es
además patrona de la Archidiócesis de Oviedo, en cuya catedral
reposan sus restos.
PROCESIÓN Y CELEBRACIÓN
Santa Eulalia nació en Emerita Augusta (Mérida) aproximadamente en el año 292. Era hija del senador romano Liberio y tanto ella como toda su familia eran cristianos.
Cuando Eulalia cumplió los doce años apareció el decreto del emperador Diocleciano prohibiendo a los cristianos dar culto a Jesucristo y mandándoles adorar a los ídolos paganos.
Eulalia
se presentó ante el gobernador Daciano y le protestó valientemente
diciéndole que esas leyes que mandaban adorar ídolos y prohibían a
Dios eran totalmente injustas y no podían ser obedecidas por los
cristianos.
El
gobernador le dijo: "De todos estos sufrimientos te vas a
librar si le ofreces este pan a los dioses, y les quemas este poquito
de incienso en los altares de ellos".
La
jovencita lanzó lejos el pan, echó por el suelo el incienso y le
dijo valientemente: "Al sólo Dios del cielo adoro; a Él
únicamente le ofreceré sacrificios y le quemaré incienso. Y a
nadie más". La niña murió mártir.
ALFOMBRA DE SAL EN HONOR A SANTA OLAINA |
Se
dice
que al morir santa Eulalia, la gente vio una blanquísima paloma que
volaba hacia el cielo, y que los verdugos salieron huyendo, llenos de
pavor y de remordimiento por haber matado a una criatura inocente.
Una curiosidad...
En un principio, estas alfombras de sal nacieron como un acompañamiento de la procesión de Corpus Christi que consistía en preparar el camino con sal coloreada por el que iba a pasar la comitiva. Más tarde, se fue convirtiendo en una festividad en sí misma uniendo a la comunidad de creativa devoción.
Elaborar una alfombra de sal significa para los creyentes agradecer los favores recibidos por Dios.
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