En
Madrid, a unos metros de la transitada Puerta del Sol, en el número
8 de la calle del Arenal, se pueden encontrar las huellas de este
mítico roedor en esta placa conmemorativa, una pequeña estatua
metálica y la Casa Museo del ratón. «Aquí vivía dentro de una
caja de galletas en la Confitería Prast el Ratón Pérez», dice el
cartel.
EL ORIGEN DE LA LEYENDA...
Se dice que el
mágico animal nació en el Palacio Real, a finales del siglo XIX. El rey Alfonso XIII,
ya huérfano de padre y muy consentido por su madre, la regente María
Cristina, era un pequeño asustadizo. Tanto que, tras la caída de su
primer diente, convirtió esta banalidad en un problema. María
Cristina, encargó al padre Luis Coloma (jesuíta y
novelista) que escribiera un cuento sobre el suceso para dotarlo de
tintes fantásticos y restarle la importancia que el niño le había
dado.
Coloma
desarrolló un relato de una decena de páginas en torno
al Rey Buby I, un nombre basado en el apodo con el que la madre se
refería al pequeño monarca (Buby). En el cuento, tras perder Buby
su primer diente de leche, este lo colocó debajo de la almohada,
junto a una carta, para la visita del Ratoncito Pérez. La historia,
después, narra cómo el niño y el ratón recolectan por la noche
los dientes de los niños de Madrid, para llevarlos a la casita del
roedor. Su morada, como recuerda la placa, se situaba en la
pastelería Carlos Prast.
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