El
Rincón Malillo es un conjunto cautivador de callejuelas en el casco
antiguo de Jerez de la Frontera, (Andalucía).
Cuenta
la leyenda que un caballero jerezano, Luis de Montoro en algunas
versiones, Alvaro de Mendoza y Virués en otra, con fama de jugador,
espadachín y bebedor, tras haber dejado en el suelo a una de sus
víctimas de sus duelos, tuvo la osadía de retar al mismo diablo.
En
el momento de haber clamado el reto, sintió una fuerte punzada en su
brazo derecho, apareciéndole una enorme herida sangrante. Huyó con
horror a su casa en la calle Justicia, a través de la Plaza del
Mercado. Para paliar sus miedos y calmar su remordimiento, en su casa
y en dirección al Rincón Malillo, mandó poner una cruz de hierro
forjado en una hornacina en piedra.
Cuentan
que desde entonces pasó horas encerrado en su casa y comenzó a ser
conocido por los vecinos como El Enjaulado. Tras su muerte, muchos
años después, la herida de aquella noche seguía sin cicatrizar. Dentro
de la Iglesia de San Mateo se conserva una lápida de la familia del
caballero.
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