En
Haro, en La Rioja, era costumbre muy antigua que en la festividad de
la Virgen de la Vega se realizara, al atardecer, una procesión para
rezar el rosario por las calles de la ciudad. Los asistentes a esa
procesión-rezo portaban cirios encendidos.
Ese
es el origen del rosario de faroles en nuestra ciudad.
En el libro de
actas de la cofradía se recoge como en el año 1917 el recién
admitido cofrade Ciriaco Arízaga, para celebrar su ingreso, contrató
a la orquesta que actuaba en el teatro Bretón para dar mayor realce
a la procesión del rosario. Al año siguiente la procesión sería
ya con los nuevos faroles.
El
Rosario de faroles de cristal fue realizado en los talleres del
afamado Rogelio Quintana de Zaragoza (artesano del metal y del
cristal). Se fabricaron en latón, vidrio
de colores y plomo (estos materiales hacen que los faroles sean tan
sumamente delicados y que se deterioren con cierta facilidad)
En su interior se colocaban los soportes para las velas.
En su interior se colocaban los soportes para las velas.
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